sábado, 4 de diciembre de 2010

Lo que deba ser, será

Una serie de circunstancias, decisiones y casualidades van construyendo el destino. Cabos sueltos, detalles ínfimos, imprevistos.
El destino es un gran chef que mezcla los ingredientes preparando el plato que tiene para nosotros. Es una maquinaria precisa y minuciosa que va reuniendo todas las piezas. Dormimos, amamos, trabajamos o cantamos ajenos a lo que el destino escribió para nosotros....
¿Quién escribe el destino? ¿Nosotros? ¿Alguien? ¿Un Dios? ¿Varios? ¿Nadie? ¿Todo es azaroso?. Nos sentimos artífices, alquimistas. Nos creemos dioses poderosos e invensibles, y solo somos marionetas del destino....
En el lugar menos pensado, de una manera imposible de imaginar, todo se va armando. Avanzamos inconscientemente mientras la trama se va entrelazando de forma misteriosa, un mecanismo de relojería asido por el destino. Aunque corramos en la dirección contraria no se puede escapar, porque no somos nosotros lo que vamos hacia el destino, sino es éste el que viene a buscarnos tarde o tempranos....

No hay comentarios:

Publicar un comentario